El riesgo es definido como la probabilidad de que
determinado fenómeno o estado de naturaleza se materialice, afectando de manera
negativa (o positiva) nuestro desempeño en las actividades del proyecto.
Dado que los proyectos, por sus características, están
asociados a un alto nivel de incertidumbre, se hace necesario que dentro de su
gestión se contemple el manejo de riesgo, como una herramienta que nos permita
identificar, evaluar y manejar todas aquellas posibles situaciones que de una u
otra manera puedan afectar el cronograma, los costos o la calidad de la
iniciativa.
El primer paso de la gerencia de riesgos es la
identificación y clasificación de estos. A continuación reproduzco una serie de
categorías que podríamos utilizar con la finalidad de ayudarnos a cumplir con
esta primera etapa, debo aclarar que no es una lista exhaustiva y que a ella se
le podrían agregar otras categorías:
Riesgos de las propiedades: son aquellos que podrían afectar la
estructura física, maquinarias, equipos, materiales, etc., que serán utilizados
en el desarrollo del proyecto. Por ejemplo:
- Incendios, explosiones, vandalismo, robo.
- Actos de la naturaleza como inundaciones, tormentas eléctricas, terremotos, etc.
- Mal funcionamiento o rotura de maquinas, equipos o herramientas de trabajo.
Riesgos personales: aquellos que pueden afectar la
integridad de los profesionales que laboran en el desarrollo del proyecto, como
por ejemplo:
- Enfermedades.
- Accidentes laborales o extra-laborales que puedan generar incapacidad temporal, permanente o muerte.
- Inseguridad, secuestros, etc.
Riesgos de reclamación judicial: aquellos reclamos que
pueden ser ejercidos por terceros ante la administración del proyecto, por
ejemplo:
- Reclamos por posibles daños ocasionados al medio ambiente.
- Reclamos por accidentes ocurridos a trabajadores.
Riesgos asociados a los actores del proyecto: aquellas
acciones que pueden ejercer los stakeholders de acuerdo a cómo sus intereses se
vean afectados por el proyecto, por ejemplo:
- Manifestaciones.
- Competencia desleal.
- Lobby.
- Prácticas monopólicas.
- Sabotaje, etc.
Riesgos de venta: aquellos asociados a la aceptación que
tenga el producto final del proyecto en el mercado, por ejemplo:
- Cambios en los gustos del consumidor
- Respuestas de la competencia.
- Publicidad inadecuada, etc.
Riesgos de transporte: aquellos que pueden afectar la
entrega a tiempo de los insumos para la ejecución del proyecto y la
introducción a tiempo del producto en el mercado, por ejemplo:
- Daños, robo, confiscación o destrucción de la mercancía en tránsito.
- Retraso en el transporte de los insumos/productos.
- Daño, robo o destrucción de la mercancía almacenada, etc.
Riesgos financieros: aquellos que pueden afectar la
rentabilidad de la inversión en el proyecto, por ejemplo:
- La inflación, devaluación o revaluación de la moneda.
- Variación en la tasa de interés en caso de que la inversión sea financiada.
- Disponibilidad de los fondos para invertir, etc.
Riesgos del entorno económico y social: asociados a las
condiciones de la sociedad donde se realizará el proyecto, por ejemplo:
- Problemas sociales, criminalidad, inseguridad.
- Inestabilidad política.
- Cambio en las reglas de juego, etc.
Estos son solo algunos de los riesgos que debemos tener presentes a la hora de emprender el desarrollo de un proyecto, con la finalidad de estructurar una estrategia que nos permita reducir la probabilidad de ocurrencia o hacer frente a las consecuencias, de la manera más efectiva y eficiente posible, ante la materialización de alguna de estas contingencias.
Fuente consultada: Curso de Gerencia de Riesgos y Seguros en la Empresa. Universidad Pontificia de Salamanca. 1998.
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