El poder de la gestión de proyectos




Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que el lugar que ocupamos los seres humanos, entre todas las especies que habitan el planeta, y lo lejos que hemos llegado desde que nuestros antepasados abandonaron las planicies africanas para extenderse por el resto del mundo, se lo debemos en gran parte a nuestra capacidad de organizarnos para gestionar proyectos ¿Cómo hubiesen sido posibles nuestros logros en infraestructura, ciencia, tecnología…..sino estuviésemos, desde tiempos inmemoriales, llevando adelante diferentes iniciativas en pos de mejorar, desde nuestro punto de vista, nuestra existencia?

Yuval Harari en su maravilloso libro Sapiens sostiene que, a raíz de lo que define como la revolución cognitiva, uno de los factores, tal vez el más importante, que nos llevo en un tiempo relativamente breve a colocarnos en la cima de la pirámide de las especies fue, y sigue siendo, nuestra capacidad de coordinar acciones con otros para llegar más lejos de lo que podríamos hacerlo individualmente.

Los sapiens hemos sido la única especie capaz de lograr que muchos individuos, miles, cientos de miles y hasta millones, podamos transitar hacia una misma dirección fundamentados en los mitos y en la cultura, que hemos inventado, para amalgamar nuestras voluntades (Sin dejar de tener en cuenta consideraciones éticas, ni fenómenos tan lamentables como la esclavitud por supuesto). El hecho es que sin estas capacidades que nos permiten organizarnos, colaborar con personas que no conocemos, y que tal vez no lleguemos a conocer, hubiese sido imposible que se construyeran las Pirámides de Egipto, nuestras ciudades modernas, los aviones, que el hombre hubiese llegado al espacio, la inteligencia artificial, en fin todo el avance de la humanidad, que en gran parte hemos logrado a través de la gestión de proyectos.

Un ejemplo de los esfuerzos que hacemos para poder coordinar con los otros y realizar proyectos es el Project Management Book of Knowledge o PMBoK como se conoce regularmente. Este libro, que en mi experiencia y opinión es menospreciado por muchos en base a su extensión, supuesta rigidez y al desconocimiento, tiene el gran valor de recoger, de manera exhaustiva, las buenas prácticas en la gestión de proyectos con la finalidad de que todas aquellas personas, posiblemente desconocidas entre sí, puedan trabajar en conjunto para lograr una visión común, contando con una guía que les permita no dejar nada por fuera.

Solo nos queda por ver hasta dónde seremos capaces de llegar como especie, Harari hace una propuesta interesante en su libro Homo Deus (Hombre Dios) lo que sí es seguro es que a dónde lleguemos lo haremos a través de la gestión de muchos otros proyectos.

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¿Tu gestión de proyectos no es "profesional"? con más razón debes INVOLUCRAR a tu cliente




Durante un taller de gestión de proyectos que dictaba en una empresa en la que hago una consultoría le pregunté a los asistentes si eran capaces de distinguir qué diferenciaba sus proyectos exitosos de aquellos que eran culminados con problemas de diferente índole. Uno de los líderes de la organización, sin pensar, me dio una respuesta que provocó que el resto del equipo asintiera, mientras sus rostros inconscientemente mostraban su acuerdo con lo expresado: “Los proyectos que salen bien, donde cumplimos con los objetivo, la empresa obtiene rentabilidad y el cliente queda contento, son aquellos donde este último está metido de cabeza”.

Este momento “ajá” fue sumamente interesante para el equipo porque la participación de los clientes no obedece a una política empresarial, de hecho parte del trabajo que estamos haciendo es formalizar la manera en que gestionan sus proyectos, sino a la insistencia de algunos de ellos para involucrarse verdaderamente en el trabajo.

“Recuerdan el proyecto del señor X, él iba a la obra a diario, cuando solicitó algún cambio, lo aprobó de primera mano al presentársele el impacto sobre el presupuesto y el cronograma y cubrió el sobre costo sin ningún problema. Luego de culminar su proyecto nos volvió a contratar para otra obra y nos recomendó a un par de clientes nuevos”.

Este es un ejemplo del valor que tiene la participación activa de los clientes en la gestión de un proyecto e incluso en la generación de nuevas oportunidades para el negocio, un cliente satisfecho re-compra y te recomienda. La empresa en cuestión gestiona proyectos de construcción o como se conoce en el sector realiza la ingeniería, la procura y la gestión de la construcción de las obras, lo curioso es que lo hace, en mayor grado, de manera empírica, sin seguir ningún marco de trabajo formal de gestión de proyectos, y esto, como deben suponer, implica desviaciones en el alcance, el cronograma y los costos en la mayoría de las oportunidades.

Sin embargo, y tomando en cuenta que estamos trabajando para “formalizar” la gestión de proyectos, lo que me parece interesante rescatar es cómo involucrar activamente a los clientes, como una política y no dejarlo al azar, puede convertirse en un escudo para nuestras iniciativas sino contamos con los recursos para profesionalizar su gestión o estamos en el proceso de adopción de determinado marco de trabajo.

En gestión de proyectos giramos en torno al cliente, creamos productos y servicios que mejoran su vida, que incrementan su nivel de bienestar y después de esta experiencia mis clientes, los miembros de la empresa consultada, no tienen ninguna duda al respecto.

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