Este blog fue creado por dos razones fundamentales, la primera tratar de dar respuesta a las innumerables dudas que se nos presentan a la hora de formular, gestionar o evaluar un proyecto y la segunda las enormes ganas que tenía de escribir nuevamente. Trataré entonces de aclarar a los lectores y en muchos casos a mi mismo algunas de las dudas más frecuentes que se nos presentan cuando trabajamos en proyectos.
El estudio técnico, el siguiente paso para determinar la factibilidad de un proyecto de inversión
En nuestro artículo anterior comentamos un poco sobre el estudio de mercado, en que consiste, como se realiza y su importancia para evaluar la factibilidad de los proyectos de inversión.
Ahora le toca el turno al estudio técnico, que como dijimos anteriormente, conforma junto al estudio de mercado y el económico financiero, ese test al que debemos someter nuestra idea de inversión, antes de llevarla a cabo, para determinar si vale la pena o no que invirtamos nuestros recursos en ella.
El estudio técnico
Una vez que tenemos claro que es lo que queremos desarrollar, es decir, que bien o servicio vamos a producir y sus características. Además, hemos estimado la demanda, la oferta y el precio de estos productos, debemos entonces evaluar cuáles son las capacidades técnicas con que contamos y cuáles necesitaremos para llevar adelante nuestra idea.
En esto último consiste el estudio técnico, a través de él determinaremos la capacidad instalada (los recursos como maquinarias, equipos, tecnología, personal, etc.) con que contamos como empresa, la capacidad utilizada (lo que realmente utilizaremos de nuestros recursos en la producción de los bienes o servicios proyectados) y los costos de producción y operación en que incurriremos durante el proceso de creación del producto.
Al igual que el estudio de mercado, el técnico está comprendido por una serie de elementos que debemos tomar en cuenta durante su desarrollo, para lograr establecer si nuestro proyecto o idea de negocio es factible también desde este punto de vista.
Estos elementos son los que señalamos a continuación:
En primer lugar debemos realizar un cronograma del proyecto, en el que representemos el número de períodos en que se desarrollará este. Desde su inicio, pasando por las fases de instalación, operación y cierre.
Supongamos que nuestro proyecto consiste en la instalación de una oficina para prestar servicios de asesoría en algún área específica. Nuestro cronograma arrancaría el día en que adquirimos la oficina, comprendería su equipamiento y puesta en operación y culminaría en algún punto en el futuro, supongamos en 10 años, que es el período que nos dedicaremos a realizar esta actividad.
El cronograma debe ser una herramienta gráfica que nos permita tanto a quienes estamos involucrados directamente con el proyecto como a quienes no, entender a través de la línea del tiempo cómo este irá avanzando.
Luego de desarrollar nuestro cronograma, el siguiente paso es determinar cuál será la localización del proyecto, en este punto debemos describir con el mayor nivel de detalle posible donde estará ubicado geográficamente nuestro centro de operaciones.
Para elegir la localización del proyecto, es necesario que tomemos en cuenta varios factores importantes, como la existencia de servicios y vías de comunicación, la cercanía del lugar con respecto a nuestros proveedores y mercados, etc. Esto con la finalidad de disminuir los costos en que incurriremos con nuestra operación y que serán mayores en la medida que estemos más alejados de quienes conforman nuestra cadena productiva y de comercialización.
Siguiendo con nuestra oficina de asesoría, supongamos que esta estará en la ciudad de Caracas, edificio Capital, piso 3, oficina 5, Venezuela. Edificio que se encuentra en una de las zonas empresariales más importantes de la ciudad y donde seguramente habrá suficientes clientes para nuestro negocio. Por otra parte, si el proyecto es la construcción de una fábrica, está deberá estar ubicada en un lugar que cuente con los servicios público necesarios para facilitar el proceso productivo, carreteras para recibir los insumos y despachar las mercancías, seguridad y que se encuentre cerca de las empresas que nos suministrarán la materia prima y de nuestros clientes.
El siguiente paso consiste en determinar cuál es nuestra infraestructura de servicios. Con qué contamos y qué necesitamos construir, instalar y poner en marcha para arrancar con la operación de nuestro negocio.
En este punto debemos hacer referencia a elementos como servicios públicos, líneas telefónicas conexión a internet, luz, infraestructura, carreteras, estaciones de metro, etc. Que están a la disposición para facilitar nuestra actividad productiva y que dependerán de la localización que hayamos elegido para el proyecto.
Además de tomar en cuenta estos elementos debemos determinar con qué infraestructura contamos para producir nuestros bienes o servicios, que necesitamos construir o instalar para tal fin y cuánto nos costará.
La oficina que hemos alquilado está a una cuadra de la estación de metro o subterráneo, cuenta con luz, teléfono, internet y agua, a un costo de 300 dólares al mes, con todos los servicios incluidos. En cuanto a la infraestructura, la oficina está en obra limpia y tiene dos ambientes, por esta razón necesitaremos pintarla, colocar piso de cerámica y construir un nuevo espacio para la sala de reuniones, además de esto tendremos que adquirir mobiliario (escritorios, sillas, archivadores y una mesa), toda esta adecuación del espacio tendrá un costo de 800 dólares.
Una vez que hemos determinado nuestro cronograma de actividades, localización e infraestructura de servicios, pasamos a definir la tecnología que necesitaremos para la producción.
Aquí nos referimos a las maquinarias y equipos que utilizaremos directamente en el proceso productivo, debemos además especificar si las compraremos o rentaremos y el costo de estas.
Para prestar el servicio de asesoría nuestra oficina necesitará 4 computadoras de escritorio y 4 lap tops con un sistema operativo específico cuya licencia hay que pagar, además de una impresora y 4 teléfonos celulares, todo esto a un costo de 5.000 dólares. Estos equipos serán adquiridos en su totalidad por la empresa.
A continuación se realiza una descripción exacta del proceso productivo, paso por paso desde su inicio hasta el fin del mismo.
Nuestras asesorías comenzarán con la petición de algún cliente, luego de esta se realizará una reunión preliminar como primer acercamiento y en la que se presentarán los servicios que ofrecemos y sus costos, una vez aceptado el plan, se realizarán tres jornadas de levantamiento de información, cuatro reuniones de asesoría y un informe final.
Este proceso ejemplifica más o menos lo que esperamos obtener de la descripción de nuestro proceso productivo, en caso de que sea un bien lo que vamos a producir, nuestro proceso iniciaría con la adquisición de los insumos, la transformación de estos en componentes de nuestro producto, el ensamblaje y embalaje de este y así sucesivamente hasta que es llevado al mercado para ser comercializado.
Finalmente determinamos cual será nuestra capacidad instalada y utilizada, es decir con que contamos para producir y que es lo que efectivamente estamos utilizando.
En nuestra oficina tenemos 4 computadoras de escritorio y cuatro portátiles, pero, sólo hay dos asesores, tenemos capacidad instalada para 8 y capacidad utilizada de dos.
Todos estos datos recogidos en el estudio técnico nos permiten calcular cuales son los costos en que incurriremos (tanto fijos y variables) durante nuestra operación y además hacer una estimación de nuestros ingresos.
Continuemos con nuestra oficina. Para hacerla operativa necesitamos contar con un monto de 300 dólares al mes para el alquiler y los servicios, además debemos hacer un gasto de 800 dólares para la adecuación del espacio.
Debemos también adquirir equipos por 5.000 dólares para poder trabajar. En definitiva necesitaremos entonces 5.800 + 300 = 6.100 dólares lo que podríamos considerar nuestra inversión inicial y costos fijos de 300 dólares mensuales para pago de alquiler, a eso tendríamos que sumar los costos derivados directamente de nuestra actividad productiva, por ejemplo compra de materiales para imprimir los informes, la depreciación de los equipos por su uso, que supongamos sumarán 200 dólares mensuales.
Además sabemos, por nuestro estudio de mercado, que el precio de las asesorías es de 1.000 dólares cada una, tenemos una capacidad instalada para 8 asesores pero solo tenemos dos que son capaces de realizar una asesoría por mes cada uno, eso nos permite entonces calcular nuestro ingreso mensual, que en este caso sería de 2.000 dólares.
Vemos entonces, de manera simplificada, como a partir del estudio de mercado y técnico podemos obtener tanto la estimación de los costos como de los ingresos que obtendríamos con el proyecto y que nos permitirá llevar a cabo la última fase del estudio de factibilidad: el estudio económico – financiero, del que hablaremos en el próximo post.
Referencia consultada: Blanco, Adolfo, 2006, Formulación y Evaluación de Proyectos. Editorial Texto. Caracas, Venezuela.
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