Una de las ventajas que tiene el marco lógico, como metodología
utilizada para la formulación de proyectos para el desarrollo, es que a través
de la participación incentiva la creación y el fortalecimiento del capital
social.
El capital social es una variable económica definida como las
relaciones, basadas en la confianza, que se establecen entre individuos dentro
de una sociedad. Dichos lazos son necesarios para superar la pobreza, a través
de la acción solidaria del colectivo.
El Estado, a través de las políticas públicas, es el encargado de
dirigir la provisión de bienes y servicios orientados a la satisfacción de las
necesidades de cada uno de los colectivos que conforman una sociedad. Este
proceso de asignación de recursos en muchos casos es capturado por aquellos
grupos que gozan de altos niveles de capital social (organización y capacidad
de acción) lo que les permite un mayor acceso a los centros de tomas de
decisiones.
Estos grupos altamente concentrados, con poder económico e influencia se
quedan entonces con un mayor porcentaje en la distribución de la riqueza,
afectando a los más pobres, quienes por ser un grupo atomizado, con poca
organización y recursos, terminan recibiendo menos de lo que les permitiría
satisfacer sus necesidades y ser tratados de manera justa y equitativa. Esta
dinámica de desigualdad se presenta en toda Latinoamérica, donde el grueso de
la riqueza, convertida en servicios de calidad como salud, educación,
infraestructura y seguridad, es privilegio de unos pocos, que en muchos casos
no superan el 10% de la población total.
En este contexto, los proyectos para el desarrollo, formulados a través
de la participación, se convierten en una oportunidad para que los más
necesitados se organicen y actúen, convirtiéndose en agentes del cambio de sus
realidades.
A través del marco lógico y la participación en la identificación de
problemas comunes y la formulación de soluciones que promuevan el bienestar
colectivo, por encima del individual, los miembros de las comunidades van
tejiendo relaciones de confianza, se van empoderando y preparándose para la
acción. Esta adquisición y fortalecimiento del capital social es fundamental
para influenciar a los que toman las decisiones y balancear la distribución de
la riqueza, haciendo de esta un proceso más justo e igualitario.
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