Durante el 15 y 16 de octubre se desarrolló en Caracas el
10mo Congreso de Gerencia de Proyectos del PMI Capítulo Venezuela. A pesar de
la crisis, el capítulo hizo el esfuerzo para que pudiésemos, como cada año,
reunirnos a compartir nuestras experiencias, aprendizajes e ideas sobre esta
profesión que nos apasiona y sobre cómo a través de ella podemos impulsar los
cambios que tanto necesita nuestro país.
Por razones laborales solo pude asistir a las ponencias del
día 16 y quedé muy complacido al notar que algunas de estas, incluyendo la mía, giraban en
torno a las personas, invitándonos como líderes o gerentes de proyectos a
acercarnos más a ellas.
De un tiempo para acá, la gerencia de proyectos ha dejado de enfocarse
tanto en los procesos y ha dirigido su mirada hacia la gente, los stakeholders
incluyendo al equipo, poniendo de manifiesto la necesidad de que transitemos el
camino que nos lleva de ser simples gestores a convertirnos en facilitadores
que impulsamos las relaciones de mutuo beneficio en el ámbito social de cada
iniciativa e incentivamos el crecimiento, personal y profesional, de nuestros
colaboradores. Esta visión cobra vital importancia cuando tomamos en cuenta que
muchos de los miembros de nuestros equipos pertenecen a esa generación, llamada millennials,
quienes solo se vinculan con aquello que les permita aprender, crecer y lograr
un propósito de vida.
Temas como la necesidad de incentivar el capital social
positivo en el ámbito social de proyecto, de mi autoría, el uso de herramientas
creativas en la gestión de requisitos del proyecto de @malastre, El Gerente
¡Gun Ho! De @infosuarez, métodos para la gestión de proyectos sociales de
Beatriz Sánchez y el cierre referido al coaching como herramienta para alcanzar
nuestros objetivos, son solo una muestra de ese giro que, como menciona el
manifiesto ágil, pone a las personas y a las interacciones antes que a los
procesos y a las herramientas.
Como menciona Rex Holmlin en uno de sus artículos, la mayoría
de los problemas en los proyectos son originados por las personas, y
definitivamente el equipo y el resto de los stakeholders son un factor crítico,
para no decir que el más importante, en la ecuación cuya suma es el éxito de
los proyectos.
Como líderes estamos llamados entonces a dar esa
conversación, a empoderar, a facilitar, a convertirnos en role models más allá
de lo profesional, a estar cerca del equipo, asumir que fallamos, en definitiva
a ser y mostrarnos como seres humanos, en toda la extensión de lo que esto
significa. Me atrevo a decir, parafraseando al escritor Rykzard Kapuscinski,
que para ser un buen gerente de proyectos definitivamente debemos convertirnos
en la mejor persona que podamos ser.
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