En qué proyectos se puede invertir en Venezuela


 
¿Invertirían su dinero en una economía en crisis, con hiperinflación, controles, riesgo de confiscación y escasez entre otras cosas? De hacerlo ¿qué rendimiento esperarían obtener? Paradójicamente, la Venezuela de hoy es un campo fértil para el desarrollo de proyectos, existen necesidades de todo tipo que pudieran ser atendidas, pero las condiciones no son las idóneas para invertir y si se hace, la tasa esperada de retorno debería ser superior a varios miles por ciento para estar por encima de la inflación y compensar el riesgo asumido.
Este entorno espantaría a cualquier inversionista o emprendedor, si nos comportáramos de manera racional, al fin y al cabo son muy pocos los proyectos y negocios capaces de generar el flujo de caja suficiente para sobrevivir en él. Pero gracias a esos sesgos del optimismo excesivo y de la planificación que caracterizan a quienes aman el riesgo, aún en Venezuela hay quienes invierten en proyectos y crean productos y servicios rentables.
Tomando en cuenta solo el aspecto financiero ¿en qué tipo de proyectos podemos invertir hoy en Venezuela?
En primer lugar, podemos invertir en proyectos orientados a mercados con bajas barreras a la entrada y a la salida. Aquellos cuya inversión inicial es baja y en caso de que no produzcan los resultados esperados, sus recursos pueden ser fácilmente reasignados a proyectos o actividades más rentables.
Un ejemplo de esto podrían ser proyectos para el desarrollo de empresas o de servicios orientados a la consultoría y/o la capacitación, en los que la inversión está constituida generalmente por el conocimiento de quien emprende el proyecto y un conjunto de activos genéricos como un laptop, un proyector, entre otras cosas. Este tipo de servicios, de muy buena calidad, pueden ser ofrecidos en el mercado interno por una fracción de lo que cuestan en los mercados internacionales y con una estructura de costos relativamente baja.
En segundo lugar, y una de las alternativas más populares, es invertir en iniciativas que generan servicios para el mercado externo. La creación de empresas que gestionan proyectos de programación, diseño, generación de contenidos, consultoría, capacitación, entre otros servicios para la exportación es muy rentable en Venezuela.
El costo de la mano de obra, por debajo del de los mercados internacionales, permite a este tipo de empresas ofrecer servicios muy competitivos en precio. Adicionalmente, mantener una estructura de costos en bolívares, que se devalúa constantemente, e ingresos en moneda extranjera es altamente rentable.
¿Y si somos irracionales?
La escasez de productos, generada por la caída en las importaciones y la parálisis de la producción nacional, ha dejado a una gran cantidad de la población desatendida. Esta situación adversa puede constituirse en una oportunidad para aquellas personas que abrazan el riesgo y que, conociendo el escenario nada alentador, están en la capacidad y disposición de invertir en proyectos para la creación de productos que atiendan la demanda interna.
Ante esta alternativa es muy difícil hablar de rentabilidad en el corto y mediano plazo, los costos se incrementan a diario, los precios están controlados y, aunque no fuese de esta manera, el empobrecimiento de la población no le permitiría costear productos con precios que aumenten constantemente. En mi opinión, para quienes elijan esta opción, la apuesta está en aprovechar la coyuntura y si pueden aguantar, posicionarse en un mercado para luego cosechar en mejores tiempos, que seguramente vendrán.
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