Los proyectos pueden ser entendidos como un conjunto de
conversaciones en las que los involucrados afirman, declaran, enjuician y hacen
promesas. Es importante que el líder de proyectos entienda y maneje estos cuatro actos
lingüísticos básicos para poder guiar la iniciativa hacia el éxito, cumpliendo
los objetivos y satisfaciendo las expectativas y necesidades de los
stakeholders.
Sobre este tema conversé durante mi ponencia Conversar para
liderar / Liderar para conversar en el XI Congreso de Gerencia de Proyectos
organizado por el PMI Capítulo Venezuela. El poder generativo del lenguaje
juega un papel fundamental en nuestro rol como líderes de proyectos, y en
nuestra vida en general, ya que a través de este somos capaces de generar
realidades diferentes tanto para nosotros como para el resto de quienes
interactúan en el ecosistema constituido por el proyecto. El lenguaje nos
permite coordinar la coordinación de acciones con otros o, para usar términos
de la gestión de proyectos, planificar la planificación de las acciones que, en
conjunto, llevaremos a cabo para lograr los objetivos.
“El lenguaje no es inocente” lo que decimos, lo que no
decimos y cómo lo decimos tiene consecuencias y por ende supone el asumir un
compromiso o responsabilidad. Cuando afirmamos algo nos comprometemos a
presentar una prueba, si hacemos una declaración a contar con la autoridad y la
fuerza para lograr que el mundo se adecúe a esta, si emitimos un juicio este
debe estar fundamentado y si prometemos algo lo hacemos con sinceridad y
contando con las competencias para cumplirlo.
Ignorar o no asumir estos compromisos, hablar sin conciencia,
expone al líder y por ende al proyecto a varios riesgos. En primer lugar hacer
afirmaciones falsas o declaraciones sin contar con la autoridad y el poder suficiente,
pone en tela de juicio la credibilidad y reputación de quien lidera la
iniciativa.
El hacer juicios infundados expone al proyecto a mayor
incertidumbre, al ser estos las herramientas que utilizamos para tomar
decisiones sobre el futuro en base a información del pasado. Adicionalmente, si
confundimos los juicios con afirmaciones negamos la posibilidad de cambio y
aprendizaje, para nosotros y quienes nos acompañan, el clásico es que él/ella o
esto es así y no va a cambiar, cierra las puertas al crecimiento y las
posibilidades.
Por último, hacer promesas, peticiones y/u ofertas, siendo
insinceros o sin contar con las capacidades para cumplir con los compromisos
adquiridos, imposibilita que coordinemos acciones con los otros y por supuesto
que se complete el trabajo necesario para generar los entregables y cumplir con
el objetivo del proyecto.
Sin el lenguaje nuestras capacidades estarían limitadas a lo
individual, hubiese sido imposible que la humanidad llegase a donde lo ha
hecho, solo imaginar cómo una sola persona hubiese sido capaz de construir una
ciudad, una refinería y hoy un sistema de información complejo, nos da una idea
de la necesidad e importancia que tiene el poder comunicarnos efectiva y
eficientemente y llegar a acuerdos con los otros para trabajar en conjunto. El
lenguaje definitivamente “moldea nuestra realidad” y la de nuestro proyecto.
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