La gran cantidad de lecciones que genera un proyecto pueden ser aprendidas o no. Muchas veces “la
gestión del conocimiento” se limita a confeccionar una lista de mejores maneras
de hacer las cosas que nunca se ponen en práctica.
La mirada que nos presenta PRINCE2
sobre este tema en mi opinión es muy interesante; en primer lugar, el
aprender continuamente de la experiencia es uno de los 7 principios o bases filosóficas de la metodología y para cumplir
con este precepto no basta con desarrollar un registro de lecciones, es
necesario:
1.- Que este sea revisado junto
con la información, adicional y relevante para el proyecto, que pueda conseguirse
fuera de la organización antes de su inicio.
2.- Que el aprendizaje nos lleve a implementar
mejoras durante la gestión del proyecto en curso, las lecciones son para el
presente y no solo para el futuro.
3.- Que lo aprendido se comparta
con el resto de la organización.
Esta clase de aprendizaje, que es la más común en la gestión de
proyectos y en la que cambiamos la manera en la que hacemos las cosas por otras
más efectivas y eficientes, es la que en ontología del lenguaje se conoce como de primer orden. Existe otro tipo de
aprendizaje más profundo, el de segundo orden, que no solo es capaz
de transformar el cómo actuamos, sino también la clase de observadores que somos.
El aprendizaje de segundo orden nos convierte
en otro tipo de líderes y/o profesionales de proyectos, conscientes de que
tenemos la capacidad de darle interpretaciones
diferentes a lo que nos sucede. Un ejemplo sencillo me permitirá explicar
mejor este punto; tenemos un proyecto que deja
de ser factible, esta situación podría llevarnos al menos a tres
interpretaciones, acciones y resultados distintos:
1.- Que el proyecto deje de ser factible implica que debería ser
cancelado, pero, esto es un problema para
mi reputación y la del equipo, tendremos que afrontar los costos de la
iniciativa fallida, será un desastre para nosotros……Como resultado no lo cancelemos, a la larga el proyecto
fracasa y significa una pérdida para
la organización.
2.- Las condiciones mejorarán, la factibilidad retornará, hemos
invertido mucho en este proyecto para renunciar, soy un gran líder de
proyectos, cuento con un gran equipo, el proyecto debe continuar….Como resultado continúa y a
la larga fracasa y se convierte en una pérdida
para la organización.
3.- El proyecto ya no tiene razón de ser, lo más sensato y beneficioso para la organización
es cancelarlo, lo hacemos y eso nos da la oportunidad
de reasignar nuestros recursos a iniciativas más productivas y de mayor impacto
estratégico para la organización, que sale beneficiada.