Quienes hemos trabajado en la gerencia ó liderazgo de algún proyecto sabemos que, más allá del dominio estricto del conocimiento técnico, nuestras capacidades blandas son fundamentales para el logro de los resultados planteados. Aquel lugar común que se escucha en las aulas donde se imparte esta disciplina y que la define como un mar de conocimiento con un centímetro de profundidad se materializa al darnos cuenta que son más importantes las facilidades que tengamos para manejarnos y relacionarnos con nosotros mismos y el equipo de trabajo, que el conocer al mínimo detalle cómo se calcula por ejemplo el valor presente neto ó cómo se construye un indicador de riesgo.
El gerente de proyectos debe reunir y/o desarrollar un conjunto de características que le permitan manejarse eficientemente como individuo y establecer relaciones ganar – ganar con los miembros del equipo de trabajo.
El gerente de proyectos como individuo
La gerencia de nosotros mismos comienza con el auto-conocimiento y la identificación de nuestras debilidades y fortalezas. El líder de proyecto debe realizar un análisis objetivo sobre sus capacidades para afrontar las responsabilidades que debe asumir, a la vez que identifica aquellos factores que pueden poner en riesgo el alcance de los resultados esperados. El buen líder de proyecto es una persona que conoce sus fortalezas, pero, que sobre todo no teme reconocer sus limitaciones o áreas de mejora y pone en práctica los mecanismos necesarios para que estas últimas no afecten su desempeño.
Otra de las características individuales que debe poseer un gerente de proyecto es la confianza en sus competencias para el desarrollo de un buen trabajo y en la capacidad de resolver los problemas que puedan presentarse durante la ejecución. Este profesional se enfrentará a una actividad inédita, en la que pueden presentarse situaciones inesperadas que requerirán de un nivel elevado de autoconfianza para ser resueltas de manera efectiva.
De igual manera el líder de proyecto debe ser capaz de adaptarse a los cambios. A pesar de la planificación exhaustiva que se desarrolla antes de iniciar la ejecución de un proyecto, sabemos que las condiciones iniciales pueden cambiar a lo largo del ciclo de vida, razón por la cual el gerente deberá ser lo suficientemente flexible y creativo para que, junto con el equipo de trabajo, pueda sortear con éxito cualquier problema o situación que se le presente y este fuera del libreto.
Por último el gerente de proyecto debe ser una persona con la suficiente solvencia moral para influir sobre los miembros del equipo de trabajo. El liderazgo de este profesional estará basado en la capacidad que tenga de mostrar, con el ejemplo, su compromiso con el proyecto y el bienestar de los miembros del equipo.
El gerente de proyecto como líder del equipo
Para guiar a un equipo de trabajo hacia la culminación exitosa de determinado proyecto, el gerente debe complementar las características individuales que mencionamos previamente con un conjunto de habilidades que le permitan interactuar efectiva y eficientemente con los demás profesionales que integran el grupo.
En primer lugar el líder de proyecto debe ser un factor de integración capaz de establecer un canal de comunicación efectivo, basado en el respeto a las opiniones, entre la dirección y los otros miembros del equipo de proyecto. Debe existir por parte de este profesional la disposición para escuchar y tomar en cuenta las diferentes ideas que pueden surgir de su equipo de trabajo y que seguramente en la mayoría de los casos permitirán la obtención de mejores resultados.
De igual manera el gerente debe estar preparado para manejar los conflictos que con seguridad se presentarán a lo largo del ciclo de vida del proyecto de manera tal que puedan ser aprovechados en la obtención de soluciones a los problemas y no se conviertan en inconvenientes para cumplir con la planificación.
Otro factor importante es la capacidad del líder del proyecto para “evangelizar” a los miembros del equipo en torno al trabajo que se debe realizar para lograr los objetivos. El gerente debe ser un factor de motivación e influir en el ánimo del resto de los profesionales que trabajan a su lado.
Finalmente, el líder de proyecto debe ser capaz de impartir lineamientos claros y delegar responsabilidades confiando en la capacidad y compromiso de los miembros de su equipo con el trabajo que hay que realizar.
El trabajar en un proyecto es una labor que le exige, tanto de la gerencia como del resto de los profesionales que conforman el equipo, estar orientados hacia el servicio y comprometidos con la solución de los problemas de otros. No olvidemos que todo proyecto es un vehículo para la transformación y requiere de un equipo preparado y motivado para promover el cambio.
Fuente consultada: Libro Gerencia de Proyecto, Un Enfoque Latino. Autor Luis Enrique Palacios
Este blog fue creado por dos razones fundamentales, la primera tratar de dar respuesta a las innumerables dudas que se nos presentan a la hora de formular, gestionar o evaluar un proyecto y la segunda las enormes ganas que tenía de escribir nuevamente. Trataré entonces de aclarar a los lectores y en muchos casos a mi mismo algunas de las dudas más frecuentes que se nos presentan cuando trabajamos en proyectos.
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