Vivimos en un mundo
dinámico en el que los actores se comportan de manera estratégica para ceder lo menos posible y mantener sus cuotas de
poder, solo tenemos que pasearnos por las noticias sobre lo que ocurre
diariamente para tener una gran cantidad de ejemplos de lo que los
especialistas llaman la “realpolitik”.
Los proyectos, que podemos considerarlos como pequeñas representaciones de las relaciones humanas, no escapan a
esta realidad, sobre todo cuando estos son desarrollados por una coalición de “aliados”.
Aunque las alianzas estratégicas parten del supuesto teórico de la alineación entre todos los actores
hacia la consecución de un objetivo
común y el establecimiento de relaciones de mutuo beneficio, en la realidad puede que los intereses
individuales o de grupo y las agendas ocultas se impongan, minando el camino
hacia la construcción colectiva y
afectando seriamente a la iniciativa.
Esta situación puede evidenciarse cuando entra un nuevo
aliado al proyecto y los actores ya posicionados sienten amenazadas sus cuotas de control o poder, bien sea sobre los
procesos de toma de decisión, el reconocimiento o los beneficios financieros. A
pesar de que seguramente todos estamos racionalmente
convencidos de que a través de la cooperación
somos capaces de lograr mejores resultados, nuestro espíritu individualista
puede hacer acto de presencia e imponerse nuestro carácter menos racional.
¿Cómo debemos comportarnos si somos ese nuevo aliado que
entra a participar en el proyecto, en función de promover la colaboración, el
ganar – ganar y obtener el mejor resultado posible para la iniciativa? Les comento algunos tips de mi experiencia
personal y profesional:
1.- Ser humildes y
reconocer el trabajo realizado por los otros actores: entrar a formar parte de una alianza
ya constituida, tratando de imponer nuestro criterio definitivamente es
comenzar con el pie izquierdo.
No se trata tampoco de transigir ante el resto de los
actores, por el contrario debemos ser firmes con nuestros planteamientos e
ideas, pero, sin dejar que el ego nos tienda una trampa para tratar de
convencer al resto de que tenemos la razón y ellos están equivocados.
Poniendo nuestras propuestas sobre la mesa, sin tratar de
avasallar a nadie, mostramos respeto por el esfuerzo realizado por los antiguos
aliados y creamos un ambiente para la discusión constructiva, en pos de
engranarnos en el equipo.
2.- Estar abiertos a la
discusión de nuestras ideas: por ser los más nuevos, seguramente nuestras ideas estarán
expuestas a la crítica, a veces sin ningún tipo de fundamento, recordemos que
los actores más antiguos tratarán de defender sus posiciones y se resistirán a
cualquier cosa que les parezca un cambio.
La estrategia que podemos utilizar en este caso es la de
presentar nuestras ideas y propuestas de la manera más fundamentada posible,
mostrando de manera clara los beneficios que estas podrían significar para el
proyecto y para cada uno de los miembros de la alianza. Debemos estar abiertos
a la crítica y a partir de ella encontrar caminos para que nuestras ideas
complementen y sean complementadas por las del resto de los actores y podamos
construir de manera colectiva.
Tengamos siempre en mente que nuestro objetivo es formar
parte del grupo y aportar a la consecución de los objetivos del proyecto.
3.- Seamos respetuosos
con la ideas del resto: Muy relacionado con el punto anterior, estemos dispuesto a escuchar las
ideas del resto de los aliados y a pesar de que no coincidan con las nuestras,
evitar descalificarlas y buscar maneras para construir a partir de ellas.
4.- Colaborar: un proyecto puede dar paso a una
infinidad de oportunidades para colaborar con los otros aliados, aunque sea en
actividades que no nos corresponden.
Si contamos con los recursos para hacerlo la colaboración nos
ayudará a construir relaciones de confianza con el resto de los aliados, sabrán
que más allá de nuestras responsabilidades, siempre estaremos dispuestos a
tender una mano en función de que el trabajo se haga, se haga bien y el proyecto
cumpla con sus objetivos.
Seamos siempre estratégicos a la hora de entrar a formar
parte de una alianza para la ejecución de un proyecto, nuestros objetivos son ser
parte del grupo, desarrollar una relación de confianza con el resto de los
aliados y aportar al logro del proyecto. No caigamos en el error de considerar
que estamos en una competencia para imponer voluntades, ni posiciones de poder,
enfoquémonos en cuidar la relación para que sea provechosa para todos y de
largo plazo.
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