¿Cuánto tiempo soy
capaz de esperar por algo que digo querer? Y para no ser mal entendido, esperar no significa
para mí sentarme a ver qué pasa;
esperar es actuar, pero, con paciencia,
porque en la vida las cosas no pasan según un plan, por más que insistamos en
engañarnos no vivimos en “Mediocristán”, porque además cada uno de nosotros
tiene un tiempo, un ritmo para hacer las cosas.
Cuando realmente quiero
algo, o a alguien, soy capaz de esperar la vida, algunos piensan que es obstinación,
yo en cambio lo defino como compromiso
con mis objetivos. No espero que nadie actúe como lo hago yo, tal vez estoy
un poco loco, pero, si hay algo que este gran proyecto que es mi vida me ha enseñado, a veces de manera amable y
otras no tanto, es que puedo lograr lo
que me propongo, tal vez no en el momento esperado o dentro del plan,
cometiendo errores, perdiendo, pero, también aprendiendo a ser flexible, a
adaptarme y ser paciente.
Si se es consecuente con una visión, con unos objetivos, no se abandona a pesar de nada, se
aprende a disfrutar el camino con sus altas y bajas, se es ágil. La vida cambia y nos transforma constantemente, en caso
contrario no estaríamos aquí, nos hubiésemos
extinguidos. Estoy seguro de que si cada uno de ustedes examina su vida con
detenimiento se dará cuenta de lo ágil que es y puede llegar a ser.
P.D: A comienzos de este mes De proyecto en proyecto llegó a su
visita un millón, quiero aprovechar para agradecerle a cada uno de ustedes
por lo consecuentes que han sido con mis artículos durante estos 8 años. Muchas personas me han preguntado por qué sigo
escribiendo si esto no me genera ningún ingreso monetario y no “me ha hecho famoso”…..y
la respuesta es sencilla, lo hago por la
satisfacción de compartir con ustedes lo poco que he aprendido y
experimentado en mi recorrido por el apasionante mundo de los proyectos. Una
vez más, infinitas gracias por
acompañarme.
¡Si te gustó, comparte!
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