Mostrando entradas con la etiqueta adaptativo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta adaptativo. Mostrar todas las entradas

De la planificación de proyectos y otros demonios

 


“Tú y tus amigos del PMI son demasiado rígidos” así me respondió una amiga cuando, luego de escuchar una conversación que sostenía con miembros del equipo de un proyecto que coordina, le comenté que esa iniciativa estaba experimentado un scope creep. Cada semana a varios de los interesados se les ocurren “nuevas cosas que podemos hacer” y han ido desfigurando a lo largo de la ejecución el plan inicial.

Esto no sería un problema si se tratara de un proyecto cuyo producto final aun no está completamente definido, pero, no es el caso, esta iniciativa responde a un enfoque de gestión predictivo, existen muchísimas experiencias similares de las cuales extraer buenas prácticas, el presupuesto es un monto fijo provisto por un ente de financiamiento, el plazo de ejecución está establecido, el alcance definido y ambos aprobados por los interesados relevantes.

En pocas palabras no hay porqué estar inventando

No se trata de negar el cambio, sabemos, como dice la conseja popular, que este es la regla, pero, en un proyecto con las características descritas anteriormente toda nueva idea que surja y que represente añadir trabajo a la iniciativa, una vez establecida y aprobada la línea base del alcance, debe ser evaluada, preguntándonos ¿Si agrega valor al proyecto y a sus interesados? ¿Si impacta, y cómo, en el presupuesto y/o en el cronograma? ¿Si afecta la calidad?... De esta evaluación depende que el cambio sea aprobado o no y de serlo deben realizarse las actualizaciones en los planes que garanticen que este se implemente, tomando en cuenta sus impactos en el tiempo, los costos y la calidad. Adicionalmente, es necesario comunicarle a los interesados la adopción o no de “la nueva idea”.

“Vamos construyendo a medida que vayamos avanzando, no queremos camisas de fuerza” suena atractivo y hasta cool en un mundo donde queremos ser percibidos como ágiles, dinámicos, adaptativos y donde la planificación está sub-valorada, como si fuese un asunto de hace más de dos siglos. Lo que parecemos a veces ignorar es que aun para adaptarnos debemos tener un plan y que para que un proyecto logre los resultados esperados, satisfaga las necesidades y expectativas que le dieron origen, genere impacto, el “mientras vaya viniendo vamos viendo” no es conveniente, ni siquiera para un proyecto de ciclo de vida adaptativo, por el contrario incrementa innecesariamente el riesgo y somete al equipo al desgaste de encontrarse a diario con una “buena nueva”.

¡Si te gustó, comparte!

Predictivo y Adaptativo


Dan y Chip Heath, en su libro Decídete, nos alertan sobre lo que llaman “la visión de tubo” o estrecha y cómo esta afecta nuestra toma de decisiones poniéndonos, en la mayoría de los casos, en dilemas de sí o no ante alternativas que no necesariamente tienen que ser mutuamente excluyentes. De hecho, estos autores, basados en investigaciones referidas en su libro, nos muestran cómo las decisiones que tomamos mejoran enormemente con solo contemplar más de una alternativa.

Esta referencia a la visión estrecha me recordó el, en mi opinión, innecesario ¿debate? entre la gestión de proyectos “tradicional” y la adaptativa o ágil. En los últimos 10 años no sé cuantos artículos de blogs titulados Predictivo vs. Adaptativo y cuántos libros alabando determinado enfoque, sobre la destrucción del otro, he leído, de cuántas agrias discusiones en los diferentes grupos de WhatsApp de las diferentes comunidades de gestión de proyecto, predictivas y ágiles, a las que pertenezco he atestiguado, cuántos memes se han compartido y cuántas opiniones en contra de uno u otro enfoque he escuchado.

Pienso que ya es suficiente con los fundamentalismos existentes para que también, en una disciplina que está orientada a mejorar las condiciones de vida de las personas, a través de la creación de productos o servicios, tengamos que elegir entre dos extremos.

Qué tal si hablamos entonces desde una perspectiva integradora, donde se conjuguen lo tradicional y lo adaptativo, donde podamos elegir, según el proyecto en el que vamos a trabajar o el problema que vamos a resolver, el marco de trabajo que ofrezca mejores resultados. Qué tal si comenzamos a hablar de predictivo y adaptativo y eliminamos de una vez los Vs. Y las comparaciones que no están orientadas a agregar valor sino a destruirlo.

Y es allí tal vez donde está la clave, en centrarnos en agregar valor a nuestros clientes o beneficiarios, al final del día ellos seguramente no están interesados en saber si trabajamos con scrum o con el marco de trabajo del PMI, solo quieren respuestas que satisfagan sus necesidades y expectativas y nuestra misión es trabajar en función de ellas.