El plan de negocio, comunicando, evaluando y planificando nuestras ideas



El plan de negocio es un documento fundamental en la gestión de proyectos, a través del cual el emprendedor o responsable del esfuerzo comunica a los stakeholders, incluyendo a los posibles financistas, la idea de negocio, su factibilidad y el plan para llevarla a cabo. Podemos encontrar varios modelos que nos ayudarán a desarrollar el plan de negocio de nuestro proyecto, sin embargo, todos comparten un conjunto de información básica que podemos organizar en tres bloques: uno de carácter institucional, uno de evaluación y uno de planificación.

Vendiendo la idea de negocio

El bloque institucional está conformado por:

-La introducción
-El resumen ejecutivo
-La descripción de la organización
-La descripción de producto o servicio

La información contenida en este bloque del plan de negocio va dirigida a los responsables de tomar decisiones sobre nuestro proyecto, bien sea dándonos acceso a un crédito o financiamiento, invirtiendo sus fondos, suministrándonos recursos no financieros u otorgándonos un permiso o autorización para operar, etc.

Muchas veces desestimamos al bloque institucional y le prestamos mayor atención a los aspectos técnicos del plan de negocio, esto es un error si tomamos en cuenta que esta primera instancia es un elemento vital para mercadear nuestra idea y “enganchar” la voluntad de personas que de una u otra manera están en la capacidad de decidir en función del logro de nuestros objetivos.

Al desarrollar el bloque institucional del plan de negocio debemos tener en cuenta que sus lectores son personas, que por sus obligaciones, tendrán poco tiempo para detenerse en los detalles, por lo que debemos hacer un esfuerzo para presentar, de la manera más simplificada posible, aquella información que consideremos más importante e interesante y que nos permita cautivar a nuestra audiencia.

Una lista, no exhaustiva, de la información que debe contener este primer bloque podría estar conformada por una presentación de quiénes somos, qué es lo que vamos a hacer, cuánto nos costará, cuál será el impacto económico y social de nuestra idea y si esta es financieramente rentable. Un punto importante a recordar cuando trabajemos en el bloque institucional es que menos es más.

¿Es factible nuestra idea de negocio?

Así como el bloque institucional del plan de negocio es una herramienta de mercadeo y venta de nuestra idea, el de evaluación tiene como objetivo fundamental mostrar que esta es factible desde tres puntos de vista:


El bloque de evaluación está dirigido a los técnicos quienes, comisionados por los tomadores de decisiones, serán los encargados de contrastar las hipótesis que hemos planteado en nuestro proyecto, para garantizar su factibilidad.

Convencer al público al que va dirigido este bloque nos obliga a presentar información detallada sobre nuestro producto, la oferta, la demanda y el precio, los recursos que necesitaremos y cómo los combinaremos para producir, el impacto social y económico de nuestra idea de negocio, su rentabilidad financiera y cómo podría variar esta, de acuerdo a los diferentes escenarios que se nos podrían plantear.

¿Cómo vamos a desarrollar el proyecto?

En el tercer bloque del plan de negocio debemos hacer gala de nuestras habilidades como planificadores ya que en este presentaremos, también para la evaluación técnica, la información sobre cómo será nuestro tránsito a través del ciclo de proyectos hasta el momento en que materialicemos la idea de negocio y arranquemos con la operación.

El bloque de planificación debe contener el alcance, el cronograma y el presupuesto del proyecto, lo que nos obliga a estimar actividades, recursos tiempos y costos, además de determinar cuál será el monto de la inversión inicial con que debemos contar para emprender.

Una guía para desarrollar este bloque podría ser la información presentada en el post las 10 preguntas que se deben responder cuando formulamos un proyecto 

El plan de negocio es la sistematización de nuestra idea, los pasos que daremos para convertirla en realidad y el ejercicio de proyectar qué pasará con nuestro emprendimiento una vez que estemos operando. Además de ser un instrumento de comunicación, desarrollarlo nos convierte en expertos sobre nuestra idea y nos provee de un mapa para la acción y de una especie de "bola de cristal" que nos ayuda a estimar de cierta manera el futuro.


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