Seguro que todos los lectores del blog, que pasan su vida De
Proyecto en Proyecto, tendrán al igual que yo una lista de aquellas iniciativas
en las que más les ha gustado participar. Bien sea por el equipo de trabajo con
el que compartieron, las cosas que aprendieron o el fin que se perseguía
alcanzar.
En lo particular, este año he estado trabajando en dos proyectos muy especiales, sobre uno de ellos ya les comenté en el post Un Nuevo Proyecto, Conceptualizando una PMO, el otro, cuya experiencia quiero compartir con ustedes, es Opción Emprender.
En lo particular, este año he estado trabajando en dos proyectos muy especiales, sobre uno de ellos ya les comenté en el post Un Nuevo Proyecto, Conceptualizando una PMO, el otro, cuya experiencia quiero compartir con ustedes, es Opción Emprender.
Opción Emprender es un programa en el que, a través de
encuentros presenciales y una plataforma de educación a distancia, se busca que
jóvenes venezolanos de bajos recursos, estudiantes de los dos últimos años de
educación secundaria, desarrollen
competencias y adquieran conocimientos y herramientas para el emprendimiento y el
trabajo productivo.
En esta iniciativa llevada a cabo por la Asociación Civil Opción Venezuela, en los años 2014 y 2015, han participado alrededor de 300 jóvenes, en
edades comprendidas entre los 15 y 17 años, los cuales han tenido la
oportunidad, durante 6 meses, de aprender cómo se diseña un plan de negocio,
desarrollar el de su emprendimiento y generar un producto mínimo viable, que es
presentado en una feria emprendedora, mientras trabajan en equipo, toman
decisiones, ejercitan la creatividad y sus capacidades para mercadear sus
invenciones.
Con respecto a mi rol en Opción Emprender, oficialmente soy
el consultor de la gestión del programa y como tal he apoyado a su coordinadora
en la reformulación del alcance, el cronograma y el presupuesto, para la nueva
aplicación durante el año 2016, hemos Conversado con los stakeholders,
analizado las lecciones aprendidas de dos años de trabajo y estructurado un
plan para mejorar aquellos aspectos con los que aun no nos sentimos
satisfechos.
Pero lo que más me ha enriquecido de esta experiencia es
haber podido presenciar como jóvenes con carencias económicas no se detienen
ante las limitaciones y son capaces, si se les incentiva y da una mano, de
crear y hasta comercializar productos y servicios orientados a la satisfacción
de necesidades reales de sus comunidades, lo que le da a estos emprendimientos
una innegable vocación social.
En un país en el que el empleo informal y la inactividad
alcanzan a un poco más de 13 millones de personas, de las cuales un gran
porcentaje son jóvenes de bajos recursos, este tipo de iniciativas permiten generar
oportunidades para ellos, gestionando sus propios negocios productivos o
incorporándose a un empleo formal. Como bien saben, para mí un sinónimo de
proyecto es transformación y es imposible no estar orgulloso de participar en
una iniciativa que apuesta a un cambio de paradigma, en este caso en el sistema
educativo venezolano.
P.D: en la fotografía que ilustra el texto puede verse a las integrantes del equipo que desarrolló uno de los proyectos ganadores del programa Opción Emprender 2015, el cual recibió un capital semilla como incentivo.
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