Muchos creen que el gerente de proyectos es una especie de súper héroe, este no solo debe manejar
a la perfección la metodología, contar con las herramientas y las técnicas para
que el trabajo se realice en el tiempo, con la calidad y dentro de los costos,
ser capaz de motivar e impulsar al equipo para que transite en una misma
dirección, hacia el objetivo propuesto, y adicionalmente poseer todas las respuestas y las soluciones a las preguntas y
problemas que se puedan presentar durante la ejecución.
En efecto, los líderes de proyectos son profesionales excepcionales, orientados a hacer que las cosas
pasen para lograr una transformación.
Sin embargo, la realidad se aleja mucho de esa percepción de súper poderosos,
que muchas veces lleva, tanto a los gerentes como a las organizaciones, a mal entender el rol. Como consecuencia
terminamos con “líderes” de proyectos sobre cargados de trabajo, incapaces de
delegar y dedicados al micro –
management, en detrimento tanto del proyecto como del equipo.
Detrás de todo “súper
héroe” de proyectos de este tipo, seguramente tendremos no solo a un
profesional desgastado por un alto nivel
de estrés, sino que además a un equipo desmotivado,
desvinculado del proyecto y desaprovecharemos
como líderes el gran cúmulo de conocimiento, experiencia y ganas de aportar que
seguramente tiene cada uno de nuestros colaboradores.
Afortunadamente, contamos para el liderazgo de proyectos con
una herramienta que definitivamente sí es un súper poder, que nos permite romper con este tipo de dinámicas,
empoderando a los miembros de nuestro equipo de trabajo a través de la
participación y el compromiso. Esta herramienta no es otra que la pregunta.
Ya en otras oportunidades hemos conversado en este blog sobre
la importancia de preguntar para no suponer, sobre todo cuando de levantar los
requerimientos del proyecto se trata o de cómo a través de la respuesta a un
conjunto de cuestiones podemos formular un proyecto. ¿Cómo podemos hacer uso de la pregunta para empoderar y fomentar el
crecimiento personal y profesional de nuestro equipo?
Podemos comenzar identificando
en qué momentos durante el desarrollo del proyecto podemos usar esta
herramienta. Por ejemplo, durante la definición del alcance, consultando a los
miembros de nuestro equipo sobre cuáles creen que son los entregables, las
actividades y las tareas necesarias para que podamos cumplir con los objetivos
del proyecto. Podemos usar la pregunta para conocer la opinión sobre las
duraciones, recursos necesarios y costos de cada actividad, para identificar
los riesgos del proyecto, a los stakeholders y para establecer estrategias para
manejarlos, entre otras cosas. De esta manera involucramos a todo el equipo, sus ideas y enriquecemos el resultado
final del trabajo.
Otra ocasión para utilizar la pregunta es en el momento en el
que debemos tomar decisiones sobre
cómo hacer las cosas o para resolver
problemas durante cualquiera de las fases del proyecto. Durante mi infancia
mis padres solían rebotar las preguntas que yo les hacía cuando tenía que tomar
alguna decisión o quería saber algo, recuerdo que preguntaban ¿qué harías u opinas tu?, de esta
manera me incentivaban a pensar, ser creativo y tomar mis propias decisiones.
En el ámbito de los proyectos el devolver
la pregunta a uno o a todos los miembros del equipo sobre, por ejemplo, qué
curso de acción tomar ante determinada situación, tiene el mismo efecto de empoderamiento, permitiendo
que nuestros colaboradores usen su conocimiento y experiencia para resolver lo
que se les presente, sin necesidad de que sea el líder quien indique lo que hay que hacer, de esta manera se fomenta la auto – confianza, el desarrollo
profesional, el compromiso y la responsabilidad, poniendo el foco en el
equipo y no en el líder que lo resuelve todo.
Un aspecto importante de la pregunta es cómo la hacemos, corremos el riesgo de hacer preguntas sesgadas,
que lleven a los miembros de nuestro equipo a responder aquellas cosas que confirmen nuestras ideas o creencias.
Si verdaderamente queremos ayudar a que cada uno de nuestros colaboradores desarrolle su potencial, debemos evitar
esta tentación y utilizar preguntas abiertas que les permitan ser creativos,
pensar con libertad y accionar responsablemente, siempre y cuando no se pierda
de vista el objetivo, que no es otro que
el trabajo se haga y se haga bien.
¿Se les ocurren más
usos para las preguntas en la gestión de proyectos? Déjenlas en los comentarios
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