Mostrando entradas con la etiqueta monitoreo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta monitoreo. Mostrar todas las entradas

El valor ganado una herramienta para el seguimiento y control de los proyectos



Los proyectos están rodeados de una gran incertidumbre, esto se debe a que cada vez que desarrollamos alguno estamos emprendiendo una nueva actividad. No existen proyectos idénticos y por lo tanto tampoco contamos con un manual o receta cuyos pasos nos lleven, indefectiblemente a alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto.

Por esta razón el seguimiento y control de las actividades de cada proyecto son determinantes para garantizar resultados óptimos. Dos de las variables fundamentales que deben ser monitoreadas y controladas durante el desarrollo de cualquier proyecto son el tiempo y el costo, estas junto a la calidad conforman la combinación de éxito para el proyecto, debemos producir bienes o servicios con la calidad planificada, al costo previsto y en el tiempo esperado.

Cuál es la importancia de desarrollar un proyecto cumpliendo con el cronograma, si estamos hablando de un proyecto privado este seguramente responde a una necesidad de mercado, identificada por la empresa que lo realizará y esta querrá introducir el bien o servicio que va a producir rápidamente, para apoderarse de la cuota de mercado antes de que sus competidores entren en la carrera desarrollando productos y/o servicios similares.

Si hablamos de un proyecto social, tal vez este desarrolle bienes y/o servicios de los que depende la vida de un conjunto de personas, como centros de salud, carreteras, centros educativos, drenajes, etc. Razón por la cual la creación de estos productos y la satisfacción de estas necesidades deben estar ajustadas al tiempo planificado.

En cuanto a los costos, un aumento no previsto de estos durante el desarrollo del proyecto puede acabar con la rentabilidad del mismo, convirtiéndolo en un proyecto no factible al no poder cubrir con los ingresos que se obtendrán por la comercialización de los bienes y/o servicios producidos, la inversión realizada para desarrollarlos.

En el caso de proyectos sociales puede que el sobre costo supere las ganancias de carácter social que generaría el proyecto, si lo desarrollamos estaríamos haciendo un uso ineficiente de recursos, que son escasos y que podrían estar siendo utilizados en llevar a cabo una intervención generadora de mayor beneficio.

Para hacer el seguimiento de estas dos variables a lo largo de la etapa de ejecución o desarrollo del proyecto existe una herramienta matemática muy útil y sencilla de utilizar. Esta herramienta es conocida como el método del valor ganado y consiste en hacer una revisión de cuanto se ha gastado en la ejecución del proyecto en un momento determinado y contrastarlo con lo que debería haberse gastado según la planificación y los resultados obtenidos, para determinar en qué magnitud el trabajo realizado ha contribuido efectivamente al logro de los objetivos del proyecto.

Supongamos que nuestro proyecto consiste en la construcción de una casa y hemos decido averiguar al tercer mes de la ejecución como vamos con respecto a los costos y el tiempo del proyecto.

Según lo que hemos planificado al tercer mes la casa debería tener cuatro paredes construidas por un costo de 100 unidades, cuando revisamos la ejecución del presupuesto nos damos cuenta de que efectivamente se han gastado las 100 unidades, lo que nos hace creer que estamos cumpliendo con el plan del proyecto.

Sin embargo y para asegurarnos de que la obra vaya según lo planeado, vamos a visitarla y allí constatamos que de las 4 paredes que deberían estar construidas solo se han levantado dos.

Estamos en presencia entonces de un retraso en el cronograma y de un sobre costo que afecta nuestro proyecto. De las 4 paredes que se deberían haber construido solo hay dos, razón por la cual podríamos decir que la obra tiene un retraso de 50% y estas dos paredes nos han costado las 100 unidades, el precio que planificamos para las 4 que deberían estar construidas, por lo que tenemos un sobre costo ya que cada una tiene un precio 50, en vez del 25 planificado.

Ordenemos estos datos para poder observarlos mejor:

Obra a construir: Paredes

Número de paredes planificadas a los 3 meses: 4

Costo planificado de la obra a los 3 meses: 100 unidades

Costo planificado por cada una de las paredes construidas: 25 unidades

Número real de paredes construidas a los 3 meses: 2

Costo real de la obra a los 3 meses: 100 unidades

Costo real por pared construida: 50 unidades

Como dijimos anteriormente, si basamos nuestra revisión del avance del proyecto solo en la ejecución del presupuesto podríamos pensar que todo va viento en popa, sin embargo cuando vamos al avance real de las obras vemos que no es así, de 4 paredes planificadas hemos construido solo 2 que nos han costado el doble de lo que teníamos previsto gastar en cada una de ellas.

Ahora bien, teniendo estos dato calculemos cual es el valor ganado de nuestro proyecto en el mes tres, esto lo hacemos multiplicando el trabajo que efectivamente se ha realizado, en este caso las dos paredes, por el costo planificado para ellas, 25 unidades, esto nos da como resultado 50 unidades.

Una vez calculado el valor ganado lo comparamos con el costo planificado de la obra a los 3 meses, 100 unidades.

El hecho de que el valor ganado sea inferior al costo planificado para la obra nos permite asegurarnos de que realmente hay un problema en nuestra ejecución, ya que el trabajo realizado debería haber contribuido en 100 unidades al logro del proyecto pero solo lo ha hecho en 50 unidades.

Luego de obtener este resultado nos damos cuenta de que estamos entonces frente a un sobre costo y/o a un retraso en la ejecución de nuestro proyecto, que debemos corregir para poder llegar a la meta.

Qué pasaría en caso contrario, si el valor ganado está por encima del costo planificado, seguramente estaríamos ahorrando parte del presupuesto y/o adelantados en las obras del proyecto con respecto al cronograma.

El escenario ideal es que el valor ganado sea igual al costo planificado, ya que en los casos anteriores se evidencia que hemos subestimado y sobreestimado los costos respectivamente y hemos incurrido en una mala planificación. Debemos recordar que planificar es vital en el desarrollo de los proyectos, por aquello de los riesgos que rodean este tipo de actividades.

El valor ganado y muchas otras herramientas de seguimiento y control nos permiten monitorear regularmente el avance de nuestros proyectos, para poder corregir a tiempo las desviaciones que puedan presentarse en el camino, ajustándonos lo más posible al plan, de esta manera seremos capaces de garantizar en una mayor medida el éxito en el logro de la meta.

De Indicadores, Metas y Monitoreo de Proyectos


Los indicadores de gestión de proyectos son los valores que toman determinadas variables del proyecto consideradas claves en un momento dado y que nos permiten medir el desempeño de las actividades que hemos planificado. “Son medidas específicas, objetivamente verificables del objetivo y los resultados que se van produciendo durante la ejecución del proyecto”. En pocas palabras a través del monitoreo de los indicadores podemos determinar si el proyecto va según el plan (bien) o no (mal).

Es muy común que entre las personas que trabajamos en el ámbito de proyectos sociales surjan dudas con respecto a la formulación y uso de los indicadores y nos preguntemos cosas como, ¿No es un indicador lo mismo que una meta? o ¿Cuándo obtengo el indicador asociado a la variable, al final del proyecto o a lo largo de este?

Veamos si con un ejemplo podemos dar respuesta al menos a estas dos interrogantes.
Supongamos que formamos parte de una organización que realiza proyectos de desarrollo y decidimos llevar a cabo uno cuyo objetivo será disminuir en 20% los casos de enfermedades relacionadas al uso inadecuado del agua al término de un año en determinada comunidad.

Supongamos también que en nuestro proceso de formulación decidimos que para el logro de nuestro objetivo es necesario que al final de ese año, un número determinado de viviendas cuente con servicio de agua corriente, digamos unos 30 hogares. Supongamos además que planificamos que de esos 30 hogares, 15 deberán contar con el servicio a los seis meses de iniciado el proyecto.

En este micro proceso de planificación hemos obtenido varios elementos vitales para el desarrollo de nuestro proyecto, en primer lugar hemos definido el objetivo general, también podemos formular uno de los objetivos específicos: Instalar sistemas de agua corriente en 30 hogares de la comunidad.

Además de esto, hemos identificado cual será una de las variables determinantes para nuestro proyecto hipotético: Número de viviendas con servicio de agua corriente instalado. Variable que debe tomar, según lo que planificamos, dos valores en determinados momentos del proyecto, 15 a los seis meses y 30 al año.

Tenemos entonces unas metas asociadas a una variable del proyecto y dos momentos en el tiempo donde constatar si estamos cumpliendo con lo que planificamos.

Supongamos ahora, que han transcurrido los primeros seis meses de nuestro proyecto y a través de una visita a los hogares de la comunidad nos proponemos determinar cómo hemos avanzado en nuestra gestión. Al realizar la visita obtenemos el siguiente resultado con respecto a nuestra variable:

Número de viviendas con servicio de agua corriente instalado: 12 viviendas

Voila, he aquí el indicador de nuestra gestión, el valor que ha tomado nuestra variable al ser monitoreada a los seis meses de iniciado el proyecto tal como lo planificamos en la etapa de formulación.
Contrastamos entonces el indicador obtenido con la meta planificada. Según nuestra planificación a los seis meses hemos debido alcanzar 15 hogares con servicio de agua corriente instalada (nuestra meta de mediano plazo) pero, obtuvimos solo 12 hogares (nuestro indicador).

Al ver estos dos valores, solo podemos llegar a una conclusión, hay algo que no salió de acuerdo con el plan, lo que nos llevaría a revisar a fondo para encontrar el problema y corregirlo. El indicador cumple la función importantísima de mostrarnos como ha sido nuestro desempeño a lo largo del proyecto y en caso de que las cosas no vayan según el plan corregir a tiempo para poder cumplir con los objetivos planteados.

Podemos ahora responder las interrogantes que nos planteamos al comienzo, ¿No es un indicador lo mismo que una meta? No, la meta es el valor que esperamos o planificamos tenga una determinada variable en un momento dado y el indicador el valor que efectivamente tiene la variable en ese momento. Obviamente si la ejecución de nuestro proyecto cumple a la perfección con lo que planificamos el indicador y la meta serán iguales en valor.

¿Cuándo obtengo el indicador asociado a la variable, al final del proyecto o a lo largo de este? Las mediciones de las variables claves y obtención de indicadores deben realizarse a lo largo de la ejecución de nuestro proyecto, siguiendo el plan de monitoreo que hayamos diseñado para tal fin, de esta manera podemos contar con un sistema de “alarma” que nos permita corregir a tiempo algún problema que pueda presentarse y garantizar el logro de nuestro objetivo. Debemos recordar siempre que en el ámbito de proyectos sociales un error no corregido a tiempo significa que alguien se quedará sin recibir un bien o servicio que seguramente marcaría la diferencia en su vida.