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La gestión "profesional" de nuestros proyectos de vida

Todos iniciamos un nuevo año con una lista de planes y objetivos que pensamos ejecutar y alcanzar en los próximos 365 días. Bajar de peso, conocer determinado lugar, aprender un idioma, iniciar estudios, escribir un libro, casarnos o emigrar son solo algunos de esos “deseos” que expresamos y pretendemos cumplir en el futuro inmediato.

Sin embargo, muchos de estos deseos no pasan de serlo y nuestra determinación inicial se va diluyendo en el día a día, gracias a la rutina en la que estamos envueltos y a la ausencia de una planificación que nos permita ser eficientes y efectivos en el logro de nuestros objetivos.

Es aquí donde entran en juego las herramientas de la gerencia de proyectos, para ayudarnos a crear una hoja de ruta que nos lleve desde la idea inicial hasta su concreción. Pasando por la determinación de los objetivos, las actividades, el cronograma para realizarlas, los recursos que necesitaremos, el costo de estos y el resultado que esperamos alcanzar.

Lo primero, y fundamental, que debemos tener claro es el objetivo que pretendemos alcanzar. Supongamos que nos hemos planteado la idea de escribir un libro para contar aquellas cosas de nuestra vida que nos han generado determinado aprendizaje y pensamos que pueden ser útiles para los demás.

Definimos entonces cómo será este libro, cuántos capítulos contendrá, qué tema se tratará en cada uno de ellos, si llevará gráficos, cuál será la extensión de cada capítulo, etc. Una vez que hemos definido esto, que no es más que la calidad del producto final que esperamos obtener, pasamos a hacer un listado de las actividades que debemos realizar.

Estas podrían ser: escribir los capítulos, realizar los gráficos, revisar y editar el contenido, presentar el libro ante algunos críticos para que nos den su opinión, registrar la obra y presentarla ante una casa editorial. Luego, podemos ordenar estás actividades, asignarles un tiempo para ser realizadas y sus respectivos productos, como se presenta en el cuadro a continuación: 



Los datos contenidos en este cuadro podemos ordenarlos en un diagrama de Gantt y convertir cada uno de los entregables en un hito o pequeña meta, que deberemos ir alcanzando en el tiempo para lograr el resultado final que nos hemos propuesto, el libro ya listo. De esta manera contaremos con una herramienta gráfica que guiará nuestros pasos a lo largo del desarrollo de nuestro proyecto, indicándonos las tareas que debemos cumplir día a día y permitiéndonos controlar el tiempo que utilizaremos para la consecución de cada uno de los entregables.



Estas herramientas de planificación nos permiten enfocarnos en nuestros objetivos, asignar un tiempo determinado a cada actividad que debemos realizar para alcanzarlo y controlar que dicha planificación se cumpla.

Una vez que tenemos claro cuál es el cronograma de nuestras actividades, debemos determinar cuáles son los recursos que necesitamos para realizarlas y el costo de estos.

Tomemos por ejemplo la actividad número 1 de nuestro proyecto hipotético de escribir un libro y supongamos que para realizarla necesitaremos utilizar una computadora y nuestro tiempo. Sabemos además que una hora de nuestro tiempo cuesta 20 unidades monetarias y una hora de alquiler de computador 5 unidades monetarias.

Con esta información podríamos construir un cuadro como el siguiente: 



De esta manera podemos proceder con cada una de las actividades que debemos realizar para alcanzar el objetivo que nos hemos propuesto. Una vez que hemos calculado el costo de cada una, estaremos en la capacidad de calcular el presupuesto total del proyecto, a través de la suma de los costos de cada actividad, tal como lo hemos explicado en post anteriores.

El conocer cuál es el presupuesto del proyecto no solo nos permite saber cuánto tendremos que invertir en nuestro plan personal, sino que además nos permitirá evaluarlo y decidir si es factible ejecutarlo o no. Aquí entra otro concepto que también hemos mencionado antes en este blog, el costo de oportunidad.

Supongamos que al finalizar el cálculo del presupuesto de nuestro libro resulta que su costo será de 30.000 unidades monetarias, pero, dentro de nuestra cartera de proyectos personal también nos hemos planteado comenzar un nuevo negocio que nos permitiría ganar por hora de trabajo 30 unidades monetarias. En este punto tendremos que decidir, dado que no contamos con una cantidad de tiempo infinito, si utilizaremos este recurso en escribir el libro o en trabajar en nuestra nueva iniciativa empresarial. Este mismo proceso de planificación y evaluación tendremos que aplicarlo para decidir entre comenzar un nuevo programa de ejercicios, estudiar un idioma, comenzar un posgrado, viajar o cualquier otro proyecto que nos hayamos planteado para el nuevo año.

Son muy pocas las personas que se toman un tiempo para estructurar un plan que los guíe, paso a paso, hasta la meta, algunos pensarán que raya en la obsesión el tratar de meter nuestra vida en una hoja de Excel o Project. Sin embargo, las herramientas que nos da la gestión de proyectos son muy útiles para ayudarnos a lograr nuestros objetivos y tener a final de año un saldo positivo de deseos alcanzados.

Los invito a que hagan la prueba durante 2014 y utilicen estas herramientas para planificar y ejecutar sus proyectos personales, a final de año nos contamos cómo nos fue alcanzando nuestros objetivos. 

Cómo afrontar el sobre costo en un proyecto

El sobrepasar los costos durante la ejecución de un proyecto parece ser una situación bastante común, sobre todo cuando la iniciativa tiene que ver con el desarrollo de alta tecnología. A esta conclusión llegó David Davis en su trabajo publicado en Marzo de 1985 por Harvard Business Review, bajo el título: New Projects, Beware of false Economies. Aunque han pasado más de veinte años desde su publicación este artículo recoge algunas enseñanzas que pueden sernos útiles a la hora de gestionar algún proyecto.

Entre los proyectos de desarrollo de alta tecnología parece estar bastante extendida esta enfermedad conocida en Europa como el “Síndrome Concorde”, nombre dado por el proyecto aeroespacial que superó el presupuesto planificado en más del mil por ciento, y cuyo síntoma más común además del descontrol en las finanzas es el incumplimiento del cronograma.

Según palabras del autor el que los costos de un proyecto se nos salgan de las manos, llegando a duplicar o triplicar lo presupuestado, es un resultado directo de una planificación deficiente que nos lleva a realizar un diseño inadecuado cuando nos encontramos en los primeros estadios del ciclo de vida. La investigación referida en el artículo encontró que, entre las empresas que formaron parte de la muestra, el primer estimado de costos estaba por debajo de la mitad del eventual costo real del proyecto y en algunos casos solo representaban un tercio de este, por otra parte también se constató en el estudio que los errores en la estimación de los costos fueron extremadamente grandes cuando esta se basó en información poco detallada del diseño del proyecto.

Queda claro, como hemos comentado con anterioridad, la importancia de las etapas de planificación y diseño del proyecto para que este pueda lograr los resultados esperados con la calidad deseada, el costo presupuestado y en el tiempo planificado. El intentar ahorrar tiempo y dinero en la planificación y diseño, donde por lo general se aplica el 25% del presupuesto de un proyecto, por prisa, falta de fondos o no contar con un equipo de trabajo adecuado para estas labores, nos lleva invariablemente a enfrentarnos a excesos en los costos y retrasos en el cronograma que afectarán la rentabilidad y pertinencia del proyecto.

Ahora bien qué debemos hacer en caso de que haya fallado la planificación y tengamos que enfrentarnos a un sobre costo, la respuesta más común entre los gerentes de proyecto, quienes suelen entrar en pánico en este tipo de situaciones, es ordenar un recorte en el presupuesto afectando a aquellas actividades consideradas de menor importancia para el buen desempeño del esfuerzo, este tipo de medidas según Davis son efectivas cuando la desviación presupuestaria esta en el orden del 25%, pero, cuando es superior tienden a agravar los problemas y causar daños irremediables al proyecto.

Los recortes por lo general no se realizan en las partidas relacionadas a materiales, equipos, edificaciones, etc., si no que van dirigidas hacia actividades como la gerencia y el diseño del proyecto, el control de calidad, programas de aseguramiento de equipos y test de procedimientos, lo que en opinión del autor resulta irónico ya que con frecuencia son precisamente estas áreas las subestimadas durante la planificación.

Antes de actuar de manera desesperada, lo ideal es que la gerencia de proyecto emprenda un proceso de revisión detallada de la situación, el cual puede realizarse siguiendo las siguientes recomendaciones:

1.- Verificar la naturaleza del problema

Para resolver un problema el primer paso es reconocerlo y esto, a nivel organizacional, depende de la existencia de un ambiente en el que la honestidad y franqueza sean un valor que permita el asumir los errores al ser detectados y tomar las medidas necesarias para corregirlos.

Todas las personas involucradas en el proyecto deben tener incentivos para reconocer y dar aviso cuando se evidencia la existencia de una desviación seria en el plan, este tipo de conductas se dificulta cuando la presencia de un error desata dentro de la organización una cacería de brujas. Las compañías tienen distintas maneras de manejar estas situaciones, algunas no penan los errores, al asumirlos como un riesgo dentro del proyecto, siempre y cuando sean asumidos a tiempo para la rectificación y no se vuelvan a cometer, otras realizan análisis cuantitativos tempranos para escrutar al detalle el desarrollo del proyecto y algunas ejercen un férreo control de las actividades a través de sus departamentos de auditoria.

Lo que queda claro es que las organizaciones deben desarrollar mecanismos que les permitan identificar a tiempo alguna desviación y determinar si se trata de un problema grave o no.

2.- Hacer la reingeniería del proyecto

Con la reingeniería del proyecto la gerencia espera poder identificar y rectificar los errores cometidos, resultados de estimaciones basadas en información vaga e incompleta.

Esta reformulación del proyecto busca hacerlo mucho más entendible para la gerencia y es un paso importante para resolver las desviaciones en el presupuesto.

3.- Identificar las áreas subestimadas


La reingeniería hace posible que salgan a la luz aquellas áreas cuyos costos fueron subestimados durante la etapa de planificación y, que como comentamos anteriormente, son también víctimas a la hora en que la gerencia decide comenzar a recortar los gastos.

4.- Evitar falsas soluciones

La respuesta típica a desviaciones en el presupuesto del proyecto es el recorte en los gastos, pero, esta reacción puede crear mayores problemas de los que busca resolver cuando las fallas son causadas por deficiencias en la planificación y estimación de los costos.

Dado que las primeras candidatas al recorte son aquellas actividades que fueron subestimadas inicialmente, estas quedan sin recursos. Este fenómeno es causado por el poco entendimiento que puede tener la gerencia de proyecto sobre la importancia que tienen estas labores para el buen desempeño del emprendimiento.

5.- Recalcular los costos de todo el proyecto

Una vez hecha la reingeniería y rediseño del proyecto, más que un recorte en el presupuesto, la gerencia debería realizar una nueva estimación de los costos basados en el nuevo plan y realizar la evaluación para determinar si es rentable y pertinente continuar con el desarrollo.

6.- Abandonar si es necesario

En un artículo anterior comentamos la importancia de dar por terminado un proyecto cuando es evidente que no estamos en la capacidad de lograr los objetivos que nos hemos planteado, para evitar así el uso ineficiente de recursos que podríamos redirigir hacia otros proyecto o actividades más productivas.

Si al evaluar el proyecto, luego de haber estimado nuevamente los costos, encontramos que este no generará los beneficios esperados, pudiendo significar pérdidas para la organización, la decisión más acertada es abandonar la iniciativa y evitar mayores gastos.

Aunque el artículo de Davis está dedicado a proyectos que involucran desarrollo de alta tecnología, estas recomendaciones nos sirven en el caso de que enfrentemos desviaciones en el presupuesto causadas por un descuido de la planificación. Una vez más se hace evidente la importancia de las primeras fases del proyecto en las que debemos hacer un buen trabajo de diseño y formulación para que no recibamos ninguna sorpresa durante la ejecución. En caso contrario aceptar que hay un problema, reformular el proyecto, identificar las áreas subestimadas, calcular los costos, evaluar y decidir si es factible o no seguir adelante con la iniciativa es el camino correcto.

Les dejo el link con el artículo completo en su versión en inglés

http://www.hull.ac.uk/php/sbsad2/Article_6___Beware_false_economies.pdf


Fuente consultada: Artículo New Projects, Beware of False Economies. Escrito por David Davis y publicado por Harvard Business Review. 1985.

La gerencia de proyectos, un asunto de sentido común


Esta semana es mi cumpleaños número 34, por esa razón decidí escribir un post dedicado al proyecto más importante que he venido gestionando desde que tengo uso de razón, mi vida. Siempre he sostenido que cada uno de nosotros, independientemente de nuestra formación, es un gerente de proyectos ya que nos fijamos metas, planificamos, calculamos costo, estimamos tiempos, determinamos calidad, medimos riesgos y ejecutamos con la finalidad de alcanzar o convertirnos en esa persona que hemos soñado ser en el futuro. Por esta razón, cada vez que doy un taller de proyectos le digo a los participantes, que salvo algunas técnicas, la gestión de estas actividades no tiene ningún misterio, es simplemente observar como llevamos nuestra vida y aplicar los mismos procedimientos que realizamos diariamente en un ámbito profesional.

Podemos considerar entonces que la vida es un gran plan, conformada por muchos proyectos que vamos desarrollando a lo largo de ella, alcanzando metas de corto y mediano plazo que nos llevan hacia un objetivo definitivo, que en la mayoría de los casos, no es otro más que la ansiada felicidad que todos esperamos obtener. Para no ponernos filosóficos con el tema, les comento sobre el próximo proyecto que pienso llevar a cabo y de cómo lo he planificado y voy ejecutándolo. Seguramente ustedes pensarán que procedo de esta manera por mi formación, sin embargo se darán cuenta que es más un asunto de sentido común que de conocimiento académico.

Mi próximo proyecto consiste en realizar estudios de maestría en ciencias económicas, con el objetivo de alcanzar un grado más en mi carrera profesional. Para tal fin he venido planificando esto desde hace algún tiempo y aquí les dejo un pequeño resumen de cómo me he organizado.

En principio partí de una necesidad personal, mejorar mi perfil profesional para hacerme más competitivo en los mercados laborales, además de un gran interés que siento por estudiar y aprender cosas nuevas constantemente.

A partir del diagnóstico de esta necesidad, me plateé entonces realizar un postgrado en economía y comencé a buscar ofertas en universidades en Latinoamérica. Envié correos electrónicos preguntado sobre pensum, costos, lapsos, etc., de manera tal que pudiese evaluar cada una de las opciones que se me presentaban para poder elegir a donde ir. Con los pensum e información sobre las universidades pude determinar la calidad del producto final que espero obtener y con los costos y los lapsos pude comenzar a armar mi presupuesto.

Una vez que tenía la información sobre las universidades, comencé a investigar sobre las condiciones para vivir y trabajar en esos países mientras realizo mis estudios, costos de alquileres, víveres, transporte, facilidad para obtener una residencia temporal, índice de seguridad, etc., con lo que arme un pequeño perfil de cada una de las ciudades que había tomado en cuenta.

Con estos perfiles listos y una idea de lo que serían mis gastos y el tiempo de estadía, evalué mis diferentes posibilidades y tomé una decisión de hacia donde dirigirme (el nombre de la ciudad y el país me los reservaré por los momentos).
Ya con esta decisión tomada, comencé a realizar un conjunto de actividades simultaneas:

- Investigar los requisitos de admisión en cada una de las universidades que imparten el programa que quiero estudiar.

- Investigar sobre las mejores zonas para vivir y el precio de los alquileres

- Ahorrar un porcentaje de mi salario para poder mantenerme durante este período de estudios

- Visitar el consulado para enterarme de los tramites que debo realizar para obtener una visa y una residencia temporal

- Investigar sobre el costo de los boletos aéreos
Entre otras cosas.

Al final de este proceso, obtuve un presupuesto bastante preciso de mi proyecto, la duración, que será de dos años, envié mis solicitudes de admisión a las universidades que elegí y emprendí una planificación financiera que permitirá costear mis estudios y estadía.

Luego de ser admitido por dos de las universidades, el siguiente paso fue seleccionar una fecha de viaje y la compra del boleto aéreo. Además de agilizar algunos trámites nacionales para la adquisición de divisas.

En esta etapa me encuentro hoy en día, aun me quedan algunos pasos para culminar con la fase de planificación y preparación de mi proyecto, como alquilar un pequeño apartamento donde vivir durante la ejecución. En definitiva mi proyecto comienza en marzo de 2.011 y culminaría en diciembre de 2.012.

Como verán, realizando todas las actividades que les comenté en los párrafos anteriores utilicé metodología de proyectos:

1.- Identifique necesidades
2.- Determiné los objetivos
3.- Realicé una investigación de mercado
4.- Elaboré una lista de actividades
5.- Establecí un presupuesto y cronograma preliminar
6.- Evalué la factibilidad de las diferentes opciones que se me presentaron
7.- Tome una decisión sobre el mejor camino para lograr mi objetivo
8.- Tome acciones para comenzar a ejecutar mi proyecto en la fecha prevista

Se preguntarán si me he detenido a analizar los riesgos de este emprendimiento, y por supuesto que lo he hecho. Entre los que he identificado están la posibilidad de que no sea sencillo conseguir un empleo, el aumento en los precios de la ciudad donde residiré, el cambio de la política cambiaria en mi país, etc., y en buena medida he estructurado algunas estrategias que me permitirán mitigar los efectos de la materialización de cualquiera de estas situaciones.

Debo confesarles que para realizar esto en ningún momento me senté formalmente, como lo hago con los proyectos de trabajo, a escribir un plan, desarrollar un Gantt, etc., es un asunto más de lógica que de otra cosa.

En conclusión lo que quería mostrarles es que si ponemos atención a todos los pasos que damos en la vida para alcanzar nuestros objetivos, nos daremos cuenta que somos los gerentes de nuestros propios proyectos, desde estudiar una carrera universitaria, comprar una casa, adquirir un carro, casarnos o tener hijos, pasan por un proceso de planificación y ejecución, que en ningún momento está reñido con la emoción que ponemos en cada una de las cosas que hacemos en nuestra vida, simplemente nos permiten que alcancemos nuestros objetivos como seres humanos y minimicemos los riegos, garantizándonos en la medida de lo posible el éxito y la felicidad en nuestro gran plan.

Saludos a todos y nos leemos la próxima semana.

Cómo preparar el presupuesto del proyecto, el costo por actividades


Estimar los costos y preparar el presupuesto del proyecto son dos de las actividades más delicadas e importantes que debemos emprender a la hora de planificar nuestra acción, la razón es muy sencilla, si no estamos en la capacidad de realizar un cálculo cercano a la realidad, terminaremos solicitando fondos de más o de menos para financiar nuestro proyecto.

De repente piensen que el problema estaría solo en tener menos dinero del necesario, porque nos quedaríamos a mitad de la ejecución sin poder completar las actividades que nos resten, sin embargo, excedernos en el presupuesto podría afectar nuestro análisis de rentabilidad al sobrestimar los costos del proyecto, lo que podría llevarnos a una toma de decisión errada.

Según el PMI la estimación de los costos avanza en exactitud a medida que vamos transitando por el ciclo del proyecto, inicialmente contamos con estimaciones cuyo error puede estar entre un 50 y un 100% para terminar con una exactitud cercana al 90% a medida que vamos recabando mayor información.

Existen varios métodos para la estimación de costos, uno de ellos es el que se realiza calculando cuánto cuesta cada una de las actividades que realizaremos durante la ejecución del proyecto.

Para realizar esta estimación es necesario que contemos con un conjunto de insumos:

En primera instancia necesitamos conocer cuáles son las actividades que debemos realizar durante la ejecución del proyecto o lo que se conoce como la estructura desagregada de trabajo (EDT).

La EDT debe contener todas las actividades a realizar para alcanzar los objetivos que nos hemos planteado con el proyecto, se construye desmenuzando todo el esfuerzo en pequeñas partes que podamos controlar, esto significa que debemos desagregar hasta el punto mínimo en que podamos asignarles recursos, duración, costo y responsable a cada una de las partes.

Una vez que tenemos nuestro listado de actividades debemos asignarle a cada una los recursos que utilizaremos para realizarlas y la duración. Esto lo hacemos preguntándole a expertos, personas que hayan realizado actividades similares, y revisando experiencias previas que hayan sido documentadas y en las que estén presentes actividades muy parecidas a las que ejecutaremos durante el proyecto. De esta manera podremos determinar qué insumos nos harán falta y cuánto tiempo aproximadamente necesitaremos para culminar con cada actividad.

Con todos estos elementos procedemos entonces a asignar el costo a cada uno de los recursos que utilizaremos. Cómo conocer los precios de los insumos, de la misma manera que con las duraciones. Recurrimos a las experiencias previas, vamos al mercado a preguntar cuánto cuestan las cosas, pedimos cotizaciones, investigamos en internet y en cualquier otra fuente de información que este a nuestra disposición, etc.

Supongamos que nuestro proyecto consiste en preparar un pastel y para alcanzar nuestro objetivo diremos, simplificando bastante, que debemos cumplir con las siguientes 3 actividades:

1.- Colocar los ingredientes en un envase

2.- Mezclar los ingredientes

3.- Hornear el pastel

Estas 3 actividades representan nuestra estructura desagregada de trabajo, ahora vamos a asignarle duración e insumos a cada una:

Supongamos que la actividad 1, colocar los ingredientes en un envase, según la experiencia previa, tiene una duración de 15 minutos y los recursos que utilizaremos serán: un paquete de harina, una docena de huevos, un litro de agua, una barra de mantequilla y medio paquete de azúcar. Además de eso utilizaremos 15 minutos de mano de obra de la persona que realizará la actividad.

La segunda actividad dura aproximadamente 30 minutos y utilizaremos una batidora eléctrica y mano de obra, y por último la actividad 3 durará 60 minutos y utilizaremos un horno y mano de obra.

Tomando en cuenta esto y suponiendo que ya hemos investigado y determinado el costo de todos los insumos tenemos entonces:

Actividad 1: Colocar los ingredientes en un envase (Duración 15 minutos)
Insumos:

1 Paquete de harina (Costo 60 monedas)

1 Docena de huevos (Costo 10 monedas)

1 Litro de agua (Costo 5 monedas)

1 Barra de mantequilla (Costo 15 monedas)

½ Paquete de azúcar (Costo 20 monedas)

1 Persona (Costo 15 monedas)

Para calcular el costo total de la actividad 1, sumamos los costos individuales de cada insumo que utilizaremos. Tenemos entonces que: 60 + 10 + 5 + 15 + 20 + 15 = 125. La actividad 1 nos costará 125 monedas.

Procedemos de la misma manera con la actividad 2:

Actividad 2: Mezclar los ingredientes (Duración 30 minutos)

Insumos

1 Persona (Costo 30 monedas)

Costo total de la actividad 2: 30 monedas.

Es posible que se pregunten cómo se calcula el costo de la mano de obra y de los equipos que utilizaremos en el proyecto. En el caso del recurso humano, supongamos que las personas que hacen pasteles tienen un salario promedio en el mercado de 480 monedas por día de trabajo (días laborales de 8 horas de jornada). Calculamos entonces cuanto debería ganar esta persona por el período de tiempo que dure cada una de las actividades del proyecto en las que está involucrado. Si el promedio es 480 monedas por 8 horas diarias, eso quiere decir que por una hora de trabajo ganaría 480/8 = 60 monedas. Si estas 60 monedas las dividimos entre el número de minutos que tiene una hora, obtendremos como resultado que los pasteleros ganan en promedio una moneda por cada minuto de trabajo.

Volviendo entonces a la actividad 1 de nuestro ejemplo, si el pastelero ocupa 15 minutos de su tiempo en su desarrollo, ganará 15 monedas.

En el caso de los equipos es un poco más complicado, ya que debemos determinar la pérdida de valor que sufren estos insumos cada vez que los utilizamos, o lo que también se conoce como la depreciación del activo.

Bien ya hemos calculado el costo de 2 de las actividades de nuestro proyecto, supongamos que procedemos de la misma manera con la actividad número 3 y obtenemos como resultado que su costo total es de 40 monedas.

Pasemos entonces a determinar cuál es el presupuesto de nuestro proyecto, para esto solo debemos sumar el costo que hemos calculado para cada una de las actividades. La actividad 1 tiene un costo de 125 monedas, la actividad 2 de 30 y la actividad 3 de 40, sumando tenemos que el presupuesto del proyecto es: 125 + 30 + 40 = 195 monedas.

Este ejemplo aunque bastante sencillo nos muestra cómo a través del análisis de cada una de las actividades que componen nuestro proyecto podemos determinar cuanto dinero necesitaremos para desarrollarlo en su totalidad. Debo agregar, que en mi opinión este método además nos permite mantener un mejor control a la hora de administrar los fondos del proyecto, ya que conocemos cuánto debemos gastar para el desarrollo de cada actividad y como ese gasto estará distribuido entre los insumos que utilizaremos.

Fuentes consultadas:

Project Management Institute PMI. (2004). Project Management Book of Knowledge PMBOK.Estados Unidos de América

El valor ganado una herramienta para el seguimiento y control de los proyectos



Los proyectos están rodeados de una gran incertidumbre, esto se debe a que cada vez que desarrollamos alguno estamos emprendiendo una nueva actividad. No existen proyectos idénticos y por lo tanto tampoco contamos con un manual o receta cuyos pasos nos lleven, indefectiblemente a alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto.

Por esta razón el seguimiento y control de las actividades de cada proyecto son determinantes para garantizar resultados óptimos. Dos de las variables fundamentales que deben ser monitoreadas y controladas durante el desarrollo de cualquier proyecto son el tiempo y el costo, estas junto a la calidad conforman la combinación de éxito para el proyecto, debemos producir bienes o servicios con la calidad planificada, al costo previsto y en el tiempo esperado.

Cuál es la importancia de desarrollar un proyecto cumpliendo con el cronograma, si estamos hablando de un proyecto privado este seguramente responde a una necesidad de mercado, identificada por la empresa que lo realizará y esta querrá introducir el bien o servicio que va a producir rápidamente, para apoderarse de la cuota de mercado antes de que sus competidores entren en la carrera desarrollando productos y/o servicios similares.

Si hablamos de un proyecto social, tal vez este desarrolle bienes y/o servicios de los que depende la vida de un conjunto de personas, como centros de salud, carreteras, centros educativos, drenajes, etc. Razón por la cual la creación de estos productos y la satisfacción de estas necesidades deben estar ajustadas al tiempo planificado.

En cuanto a los costos, un aumento no previsto de estos durante el desarrollo del proyecto puede acabar con la rentabilidad del mismo, convirtiéndolo en un proyecto no factible al no poder cubrir con los ingresos que se obtendrán por la comercialización de los bienes y/o servicios producidos, la inversión realizada para desarrollarlos.

En el caso de proyectos sociales puede que el sobre costo supere las ganancias de carácter social que generaría el proyecto, si lo desarrollamos estaríamos haciendo un uso ineficiente de recursos, que son escasos y que podrían estar siendo utilizados en llevar a cabo una intervención generadora de mayor beneficio.

Para hacer el seguimiento de estas dos variables a lo largo de la etapa de ejecución o desarrollo del proyecto existe una herramienta matemática muy útil y sencilla de utilizar. Esta herramienta es conocida como el método del valor ganado y consiste en hacer una revisión de cuanto se ha gastado en la ejecución del proyecto en un momento determinado y contrastarlo con lo que debería haberse gastado según la planificación y los resultados obtenidos, para determinar en qué magnitud el trabajo realizado ha contribuido efectivamente al logro de los objetivos del proyecto.

Supongamos que nuestro proyecto consiste en la construcción de una casa y hemos decido averiguar al tercer mes de la ejecución como vamos con respecto a los costos y el tiempo del proyecto.

Según lo que hemos planificado al tercer mes la casa debería tener cuatro paredes construidas por un costo de 100 unidades, cuando revisamos la ejecución del presupuesto nos damos cuenta de que efectivamente se han gastado las 100 unidades, lo que nos hace creer que estamos cumpliendo con el plan del proyecto.

Sin embargo y para asegurarnos de que la obra vaya según lo planeado, vamos a visitarla y allí constatamos que de las 4 paredes que deberían estar construidas solo se han levantado dos.

Estamos en presencia entonces de un retraso en el cronograma y de un sobre costo que afecta nuestro proyecto. De las 4 paredes que se deberían haber construido solo hay dos, razón por la cual podríamos decir que la obra tiene un retraso de 50% y estas dos paredes nos han costado las 100 unidades, el precio que planificamos para las 4 que deberían estar construidas, por lo que tenemos un sobre costo ya que cada una tiene un precio 50, en vez del 25 planificado.

Ordenemos estos datos para poder observarlos mejor:

Obra a construir: Paredes

Número de paredes planificadas a los 3 meses: 4

Costo planificado de la obra a los 3 meses: 100 unidades

Costo planificado por cada una de las paredes construidas: 25 unidades

Número real de paredes construidas a los 3 meses: 2

Costo real de la obra a los 3 meses: 100 unidades

Costo real por pared construida: 50 unidades

Como dijimos anteriormente, si basamos nuestra revisión del avance del proyecto solo en la ejecución del presupuesto podríamos pensar que todo va viento en popa, sin embargo cuando vamos al avance real de las obras vemos que no es así, de 4 paredes planificadas hemos construido solo 2 que nos han costado el doble de lo que teníamos previsto gastar en cada una de ellas.

Ahora bien, teniendo estos dato calculemos cual es el valor ganado de nuestro proyecto en el mes tres, esto lo hacemos multiplicando el trabajo que efectivamente se ha realizado, en este caso las dos paredes, por el costo planificado para ellas, 25 unidades, esto nos da como resultado 50 unidades.

Una vez calculado el valor ganado lo comparamos con el costo planificado de la obra a los 3 meses, 100 unidades.

El hecho de que el valor ganado sea inferior al costo planificado para la obra nos permite asegurarnos de que realmente hay un problema en nuestra ejecución, ya que el trabajo realizado debería haber contribuido en 100 unidades al logro del proyecto pero solo lo ha hecho en 50 unidades.

Luego de obtener este resultado nos damos cuenta de que estamos entonces frente a un sobre costo y/o a un retraso en la ejecución de nuestro proyecto, que debemos corregir para poder llegar a la meta.

Qué pasaría en caso contrario, si el valor ganado está por encima del costo planificado, seguramente estaríamos ahorrando parte del presupuesto y/o adelantados en las obras del proyecto con respecto al cronograma.

El escenario ideal es que el valor ganado sea igual al costo planificado, ya que en los casos anteriores se evidencia que hemos subestimado y sobreestimado los costos respectivamente y hemos incurrido en una mala planificación. Debemos recordar que planificar es vital en el desarrollo de los proyectos, por aquello de los riesgos que rodean este tipo de actividades.

El valor ganado y muchas otras herramientas de seguimiento y control nos permiten monitorear regularmente el avance de nuestros proyectos, para poder corregir a tiempo las desviaciones que puedan presentarse en el camino, ajustándonos lo más posible al plan, de esta manera seremos capaces de garantizar en una mayor medida el éxito en el logro de la meta.